Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Samuel 17, 11-39

11 Oyó Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo y se consternaron
y se llenaron de miedo.

12 Era David hijo de un efrateo de Belén de Judá, llamado Jesé, que
tenía ocho hijos. En tiempo de Saúl este hombre era ya anciano, muy
entrado en años.

13 Los tres hijos mayores de Jesé se fueron a la guerra con Saúl; el
nombre de los tres hijos suyos que marcharon a la guerra era Eliab,
el
primogénito, Abinadab, el segundo, y Sammá, el tercero.

14 David era el más pequeño; cuanto a los tres mayores, habían
seguido a Saúl.

15 (David alternaba sus viajes al campamento de Saúl con el cuidado
del rebaño de su padre en Belén).

16 El filisteo se acercaba mañana y tarde y se presentó así durante
cuarenta días.

17 Jesé dijo a su hijo David: «Lleva a tus hermanos esta medida de
trigo tostado y estos diez panes y corre al campamento a donde tus
hermanos.

18 Y estos diez requesones llévalos al jefe de millar; entérate de
la
salud de tus hermanos y toma señal de recibo de ellos.

19 Están Saúl, ellos y todos los hombres de Israel en el valle del
Terebinto, guerreando con los filisteos.»

20 Se levantó David de madrugada, dejó el rebaño al guarda y,
tomado las cosas, se fue como le había mandado Jesé, y llegó al círculo del
campamento justo cuando salía el ejército para ordenarse en
batalla,
lanzando el grito de guerra.

21 Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, fila contra fila.
22 Dejó David las cosas en manos del guardia de la impedimenta y

corrió a las filas y fue a preguntar a sus hermanos cómo estaban.

23 Mientras hablaba con ellos el hombre de las tropas de choque,
llamado Goliat, el filisteo de Gat, subía de las filas de los filisteos,
diciendo
las mismas palabras, y le oyó David.

24 En viéndole todos los hombres de Israel huyeron delante de él,
llenos de miedo.


25 Los hombres de Israel decían: «¿Habéis visto a este hombre que
sube? Sube a provocar a Israel. A quien lo mate colmará el rey de grandes
riquezas y le dará su hija y librará de tributo la casa de su padre en Israel.»

26 Preguntó, pues, David a los hombres que estaban a su lado: «¿Qué
se hará al hombre que mate a ese filisteo y aparte la afrenta de Israel? Pues

¿quién es ese filisteo incircunciso para injuriar a las huestes de Dios vivo?»
27 Y el pueblo le repitió las mismas palabras: «Así se hará al hombre

que lo mate.»

28 Se enteró Eliab, su hermano mayor, de su pregunta a los hombres y
se encendió en cólera Eliab contra David, y le dijo: «¿Para qué has bajado,
y a quién has dejado aquel pequeño rebaño en el desierto? Ya sé yo
tu
atrevimiento y la maldad de tu corazón. Has bajado para ver la batalla.»

29 Respondió David: «Pues ¿qué he hecho yo? ¿es que uno no puede
hablar?»

30 Y volviéndose se dirigió a otro y preguntó lo mismo y la gente le
respondió como la primera vez.

31 Fueron oídas las palabras que decía David y se lo contaron a Saúl,
que le hizo venir.

32 Dijo David a Saúl: «Que nadie se acobarde por ése. Tu siervo irá a
combatir con ese filisteo.»

33 Dijo Saúl a David: «No puedes ir contra ese filisteo para luchar con
él, porque tú eres un niño y él es hombre de guerra desde su juventud.»

34 Respondió David a Saúl: «Cuando tu siervo estaba guardando el
rebaño de su padre y venía el león o el oso y se llevaba una
oveja del
rebaño,

35 salía tras él, le golpeaba y se la arrancaba de sus fauces, y
si se
revolvía contra mí, lo sujetaba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo.

36 Tu siervo ha dado muerte al león y al oso, y ese
filisteo
incircunciso será como uno de ellos, pues ha insultado a las huestes de Dios
vivo.»

37 Añadió David: «Yahveh que me ha librado de las garras del león y
del oso, me librará de la mano de ese filisteo.» Dijo Saúl a David: «Vete, y
que Yahveh sea contigo.»

38 Mandó Saúl que vistieran a David con sus propios vestidos y le
puso un casco de bronce en la cabeza y le cubrió con una coraza.

39 Ciñó a David su espada sobre su vestido. Intentó David caminar,
pues aún no estaba acostumbrado, y dijo a Saúl: «No puedo caminar
con
esto, pues nunca lo he hecho.» Entonces se lo quitaron.